¿Sabes en qué consiste la mediación y qué ventajas aporta? En este artículo te damos información muy valiosa al respecto.
La mediación es un mecanismo de resolución de conflictos alternativo que se basa en la intervención profesional de un tercero neutral cuyo objetivo consiste en en favorecer que las partes modifiquen sus posturas de enfrentamiento para buscar soluciones colaborativas. Lo cual es especialmente deseable y positivo en los conflictos familiares. Y todo ello, desarrollado en un entorno privado y de absoluta confidencialidad, sin por ello renunciar a la justicia ordinaria.
Cuando una persona acude a su abogado solicitiando instar el procedimiento judicial de separación o divorcio, en primer lugar el letrado intentará conciliar a las partes y establecer un acuerdo que regirá sus relaciones familiares futuras. Si este acuerdo no es posible, pero observa que existen atisbos de solución al conflicto, es el propio abogado quien debería informar acerca de la posibilidad de acudir a un proceso de mediación.
A parte de las ventajas económicas y de tiempo que supone la mediación (que es un proceso que resulta 75% más barato y cinco veces más rápido que ir a juicio), se suman otros beneficios que tienen gran valor para las personas y que ennumeramos seguidamente:
- Menor deterioro (e incluso reconstrucción) de las relaciones interpersonales, ya que el proceso consiste en acercar posturas y hallar soluciones de consenso, evitando que haya alguien que "gane" a costa de la pérdida de la otra parte.
- Soluciones más justas, aunque no por ello se ajusten exactamente a lo que dicta la ley. En muchas ocasiones, la legislación no puede considerar todas las circunstancias que se presentan en la vida real de las personas. En un proceso de mediación, por el contrario, todo lo que sea importante para cualquiera de las partes puede someterse a consideración.
- Mayor satisfacción final de las partes y, como consecuencia, mayor cumplimiento de los acuerdos adoptados. Durante el proceso se acepta una solución de consenso que implica un mayor compromiso por parte de quienes lo firman.
- Las partes no pierden el control del proceso, ya que no delegan a favor de un tercero (por ejemplo, un juez) para tomar la decisión definitiva.
- Confidencialidad, ya que la mediación se celebra en el ámbito privado, a diferencia de las sentencias, que son públicas.
- Sin renunciar a la justicia ordinaria. Si las partes no consiguen ponerse de acuerdo, ni siquiera con la ayuda del mediador, siempre pueden acudir a la justicia ordinaria como último recurso y que un juez dirima sus diferencias.
Si estás pensando en recurrir a la mediación, quieres información o tienes inquietudes al respecto, no lo dudes, ponte en contacto con nosotros. ¡Te atenderemos con mucho gusto!